Pintaré
con el rojo y con el verde las terribles pasiones humanas”. Si
van Gogh interpretaba la naturaleza humana con estos dos colores, Tatiana
Shkondina dibuja con alimentos los cuadros de los grandes maestros de
la pintura. Los pigmentos rojos y verdes, pasan a ser hortalizas, verduras,
carnes o panes en las obras de esta fotógrafa rusa, o más bien, fotógrafa y
estilista de alimentos, como numerosos medios la señalan.
¿Comida convertida en piezas de arte?
Os preguntaréis algunos. Sí. Shkondina coge los alimentos dejándose guiar por
su textura y color, así como por su origen, simbolismo o misticismo, para
recrear algunos de los cuadros del mundo del arte que todos compartimos dentro de
nuestro imaginario colectivo. Cuadros como Los girasoles de
Vincent van Gogh, El hijo del hombre de Magritte, La
persistencia de la memoria de Dalí o El árbol de la vida de
Klimt, entre otros muchos.
Si bien Tatiana parece presentar una
“novedosa” forma de creación artística con el uso directo de los alimentos,
basta echar una mirada a la historia del arte para encontrar nombres que de
alguna manera hacían uso de esta misma materia prima. Ya en el siglo
XIV Archimboldo realizaba retratos de lo más realistas a base
de frutas, flores, plantas u otros objetos. Es cierto que este era pintor,
y lo que Tatiana nos ofrece son fotografías de los cuadros realizados con comida
directamente. Pero si seguimos la línea del tiempo de la historia del arte
hacia la actualidad, llegaremos a Daniel Spoerri, artista y
escritor suizo, nacido en Rumanía en 1930. Spoerri, salvando las distancias
como con todos los artistas aquí mencionados, se acerca un poco más a lo que
Shkondina nos ofrece. Y es que sus ‘snare-picture’ juegan directamente
con la comida. Son piezas en las que se capturaban diversos objetos, algunas de
ellas formadas por los restos de comidas de individuos, incluyendo los platos,
la cubertería o los vasos. El concepto es muy distinto, sin embargo la idea
primaria del alimento ya está ahí.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario