El
sol de verano en hora punta nos abre las puertas de la madrileña plaza de
Callao, en pleno centro de la capital. Nos reunimos con Abel Azcona,
un artista contemporáneo cuyos proyectos performativos no dejan indiferente a
nadie: sus encierros de hasta cuarenta y dos días sin ningún tipo estímulo
sensorial, su ingesta de un corán o su hormonación para prostituirse en Bogotá
durante el proyecto La Calle despiertan el interés tanto de la
prensa más amarilla como del público que valora el sentido más artístico y
menos excéntrico de su obra.
Pero no debemos cometer el error de relegar su arte a un mero espectáculo,
a sus 27 años ha expuesto en 21 países y en algunas de las galerías más
importantes internacionalmente. Su arte es principalmente íntimo y biográfico,
y está alimentado por los abusos que ha sufrido desde pequeño, sus trastornos
psicológicos o sus intentos de suicidio. Todo ello ha configurado su identidad
artística y personal y ahora os brindamos la oportunidad de conocerlo y
reconocerlo.
Abel Azcona aparece en
Callao con una elegancia que difiere mucho de la imagen que proyecta durante
sus performances, esta dicotomía juega a su favor y alimenta nuestra curiosidad
hacia su persona. Antes de nada le describimos como un artista performance y
él no duda en corregirnos y hablarnos de la abstracción del término:
“La palabra performance no la entiendo
muy bien, yo creo en el artista contemporáneo completo, éste
debe ser de todo: docente, fotógrafo, videoartista, performer, twittero, un
artista interdisciplinar. Definir sólo una clase se me queda corto. En mis
exposiciones puedes encontrar fotografía, videoarte e instalación, lo que pasa
es que la base es performativa, porque yo trabajo con mi cuerpo, pero no es
únicamente eso.
El término performance es
muy complejo, me parece erróneo porque su traducción literal es actuación, y el
performance es precisamente la ‘antiactuación’, ahí está el primer error de
base, a partir de ahí se utiliza mal: ves un espectáculo de personas bailando
con agua y se le llama performance. Para mí es muy diferente performance
que performance art, este último sí que lo entiendo como arte
contemporáneo, no tiene nada que ver con el teatro, de hecho es completamente
contrario a él Recuperado:http://b-sidemg.com/2015/07/fotografia-brian-oldham-surrealismo/
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